viernes, 9 de marzo de 2018

8 de marzo, día internacional de la mujer.


8 DE MARZO, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER.


´Los orígenes del día internacional de la mujer
     


Ayer me sentí feliz.

El 8 de marzo ha sido todo un éxito para las mujeres y para el feminismo. La manifestación convocada a las 19:00 horas en el Mercado Central de Alicante fue multitudinaria. Nos reunimos hombres y mujeres en un grito común por la igualdad de género.


El lema en España era 
“sin nosotras, se para el mundo”. 

Esto supone una realidad evidente a los ojos de cualquiera, pero ayer tenía que visualizarse. Las mujeres salimos a protestar contra la brecha salarial que separa a hombres y mujeres, contra la dificultad de compaginar trabajo y maternidad, contra la violencia de género, salimos a reivindicar una educación que fomente la igualdad entre niños y niñas, una educación en valores, en libertad y respeto por los otros, y sin estereotipos.

A pesar de que las mujeres somos el 50% de la población mundial siguen existiendo diferencias injustas e irracionales que esta sociedad occidental ya no puede soportar por más tiempo. Este desequilibrio laboral, doméstico, económico y social, ha sido una de las causas de la huelga (poco secundada) y de la manifestación de la tarde en las calles de todas las ciudades españolas, que fue mayoritariamente seguida y apoyada por todo tipo de público. 

Ayer, 8 de marzo, fue un día diferente y especial. Desde por la mañana se notaba en el ambiente, o al menos, yo lo notaba. Tuve que arreglar un papeleo en las oficinas de la Seguridad Social y, mientras un funcionario me gestionaba el trámite, la guarda de seguridad me comentó que algunos individuos no paraban de increparla en las redes sociales por unos comentarios feministas que ella había colgado el día anterior. Charlamos un ratito y concluimos que much@s no se han enterado de nada todavía.
Salí de las oficinas y me dirigí al Centro de Salud donde pude observar cómo unas cuantas mujeres que trabajan allí salían felices y se preparaban para seguir la huelga mientras algunos pacientes se indignaban por esta actuación. ¡Un poquito de empatía señores!!! Que no se hace una huelga a nivel internacional todos los días.



Hacía calor, un sol radiante y me apetecía disfrutar de la calle; me acerqué al Centro Comercial y en la puerta de acceso un grupo de 20 a 25 mujeres se concentraban con banderas moradas en pro de la huelga y las demandas feministas. Dentro del centro comercial note cierto desamparo, estaba bastante vacío y, sorprendentemente, algunos comercios cerrados. Me llamó especialmente la atención que H&M permaneciera con las persianas bajadas y un cartel que explicaba los motivos del cierre y su adhesión a la huelga. Disculpen las molestias, gracias. Bajando las escaleras mecánicas, un padre se agachaba para explicar cariñosamente a su niño que era un día especial para las mujeres. Me conmovió, la verdad. 
No consumí nada en absoluto, no gasté un euro, quería participar y contribuir al “parón” económico que estábamos provocando las mujeres. 


Volví a mi casa y revisé Facebook e Instagram que estaban que echaban humo y escribí algunos comentarios. También apoyé moralmente y con muchos likes la causa de las mujeres. Realmente, estaba un poco sorprendida por la gran cantidad de mensajes que iban circulando y los WhatsApp de felicitaciones de muchas amigas. Entre tantos y tantos, también tenían cabida algunos chistosos y divertidos.




Ya empezaba a suponer que la manifestación de la tarde iba a ser un éxito.

A las 18:20 salimos, mi amiga y yo, caminando hacia la manifestación. Según nos acercábamos se iba sumando más y más gente. No imaginaba que se animaran tantos hombres, pero realmente había bastantes. La avenida de Alfonso X el Sabio estaba completamente llena.

No sé cuántos miles de personas habíamos salido a la calle para manifestar nuestra denuncia por la falta de igualdad entre hombres y mujeres, nuestra indignación por la falta de respeto que mantiene esta sociedad hacia nosotras y, por supuesto, por solidaridad con todas las mujeres asesinadas por la violencia machista. Ellas también estaban allí.


 La cabecera de la manifestación liderada por una de las muchas pancartas comenzó a caminar y le siguieron las demás. Nosotras dos nos mezclamos entre ellas y el resto de la gente, y nos sentimos bien, nos sentimos cómodas, nos sentimos parte de un conjunto en el que todas las partes querían lo mismo.

El ambiente era festivo pero reivindicativo. Cientos de carteles con frases contundentes. Mujeres de todas las edades; mayores y muchas, muchas jóvenes con las ideas muy claras y con muchas ganas de justicia coreaban canciones y gritaban sus denuncias. Las demás afirmábamos el discurso con una sonrisa y caminábamos junto a ellas.
La manifestación transcurrió sin incidentes, sin violencia, sin insultos y en la más absoluta paz.




Para celebrarlo, mi amiga y yo, nos tomamos una cervecita en una terraza y nos volvimos a casa caminando, nuevamente, ahora más cansadas pero felices. Sentíamos que con nuestra participación estábamos poniendo nuestro pequeño granito de arena para acabar con esta sociedad patriarcal tan injusta para las mujeres. Sentimos la sororidad y la emoción a raudales. Gracias a todas por todo esto.